Dehesa de Valdellán
TIERRAS CON HISTORIA
Tierras con historia
La dehesa de Valdellán, que da nombre también a la ganadería, tiene una extensión aproximada de unas 500 hectáreas. Está situada en la provincia de León, entre los municipios de Santa María del Río, Villamizar y Villacalabuey, en una zona de monte bajo entre las riberas de los ríos Cea y Esla, a poco más de 20 kilómetros de Sahagún.
La finca combina amplias praderas y robles adehesados, que sirven de abrigo y refugio natural a las reses que pastan libremente por sus cercados, a lo que se suman sus condiciones orográficas, una climatología limpia y sana y, sobre todo, abundante agua en forma de arroyos y manantiales que riegan y abastecen de norte a sur toda su extensión.
La Dehesa de Valdellán es también una finca con historia. Perteneció al Monasterio cisterciense de Villaverde de Sandoval. De su pasado centenario hay documentos como una carta escrita por el propio Rey Fernando III, el Santo, mediante la cual, entrega en donación al abad de Sandoval, en el año 1.231, entre otras cosas, dos dehesas, una en el Valle Fonte Aureo (cerca de León), y otra en el término de Ville/Valle Xam (Villa/Valle-Plano: Valdellán).
Váldellán fue lugar de retiro y descanso de los frailes de Sandoval hasta 1.835, cuando la desamortización de los bienes eclesiásticos (Desamortización de Mendizabal) hizo que la dehesa pasara de manos religiosas al Estado, que posteriormente se la vendió a la familia vasca de los Azcoitia, asentada en la ciudad de Palencia. Desde entonces, los terrenos de la dehesa de Valdellán, se dedicaron a la cría de ganado vacuno, porcino y caballar, además de servir de finca de recreo y caza.
Desde los Azcoitia, tan sólo ha pasado por otro propietario, un industrial Vallisoletano, hasta llegar al actual propietario, la mercantil VALDELLAN, S.A., cuya adquisición tuvo lugar en septiembre del año 2000.
Hoy es una Finca Privada, que desde su compra ha sufrido una transformación profunda, rescatándola desde casi el abandono, hasta convertirla en una de las fincas dedicadas a la cría de reses bravas con instalaciones y cercados más modernos del campo bravo, además de conservar, respetar, prodigar y poner en valor el patrimonio natural heredado.